El segundo libro es la antítesis al anterior, cómo la Iglesia puede impactar a la inevitable Globalizacion, como uno puede afectarla favorablemente, cómo el ser humano puede ayudar a otros a sobrevivir y atravesar este tsunami que arrasa con todo llevándonos con impetu hacia valores y caminos tan ajenos, tan confusos, tan dolorosos, apartándose de lo natural y del Creador.
Para eso están los ministerios de la iglesia que deben adecuarse, considerar y ser eficaces en comprender el nuevo escenario, de allí el interés que despertaron los encuentros matrimoniales, los encuentros de jóvenes, los encuentros de mujeres, encuentro de varones, todos ellos utilizando la firmeza de los principios escriturales, el descarnado testimonio de vidas rescatadas de las tinieblas, del pozo cenagoso, de la desesperación, adicciones, lujuria, sexualismo, transformadas y cambiadas por la Palabra y el Espíritu de Cristo.
Dejando impreso en el corazón de las personas, familia y sociedad una respuesta a este mundo que atenta con violencia contra los valores eternos. Por el mismo motivo anterior y para sacarlo del exclusivo ámbito eclesiástico le puse “Apedreando la Globalización…” y como imagen en la portada un gran cristal quebrado a piedrazos, un velo que se descorre, una catarata que se desprende y se opera para permitir ver mejor. Este libro lo imprimimos en Sociedad Bíblica, con la esperanza de su distribucion en sus librerías.
Estos dos primeros libros están escritos en prosa, escritura telegráfica, poemas, que atraían a los artistas pero distanciaban a otros por su desconocimiento o práctica de pasar de un relato y escritura normal a leer un trozo sin puntos, comas ni signos de interrogación donde la pausa, el punto aparte se reemplaza por un reglón vacío o se resalta un concepto con una imagen, símbolo o frase entrecortada reemplazando la negrilla o discursiva.