Palabras de Bienvenida
Me convertí al Señor en febrero de 1974, desde entonces he leído y estudiado espontánea y sistemáticamente las Santas Escrituras.
El hecho de predicar lleva implícito la necesidad de riguroso estudio, más allá de las directrices generales que se aprenden en el Seminario o en los postgrados. Por otra parte esa lectura y estudio deben ser necesariamente contextualizados pues tienen el propósito de traer al presente los principios, ejemplos y leyes espirituales que emanan de escritos tan antiguos y acercarlos a los habitantes de este siglo.
Por años he recomendado insistentemente el beneficio que acarrea seguir el sermón, reflexión o devocional, con su propio ejemplar de las Santas Escrituras: “un cristiano, una Biblia” ha sido nuestro lema, de manera que puedan no solo cotejar lo que están escuchando sino también subrayar los textos medulares explicados y hacer las anotaciones pertinentes, en la medida que el Espíritu les vaya indicando, ya sea en el boletín, cuadernos de apuntes o en la propia Biblia.
Si este sencillo consejo fuese cumplido las personas y congregaciones crecerían sorprendentemente en el necesario conocimiento de la Palabra de Dios, requisito indispensable para la solidez y madurez en el caminar con Cristo.
…erráis ignorando las Escrituras y el poder de Dios…
Este Seminario intenta contribuir a este objetivo, utilizando los recursos que nos entrega la tecnología para ordenar, compilar instrucciones, notas y enseñanzas que el pastor imparte a la congregación cada semana, para la edificación de las almas e ilustración a las personas en las inescrutables e insondables riquezas, juicios y caminos del Señor que van iluminando la ruta a seguir, agregando el formato de cursos-taller, con investigación, lecturas complementarias y preguntas de aplicación a los temas tratados.
Las demandas de este siglo, las presiones por la sobrevivencia, los tiempos de desplazamiento en las ciudades cada vez más prolongados, esperas, colas y atascamientos vehiculares, entre otras dificultades, obligan a optimizar las oportunidad en que la comunidad se reúne para estudiar o rendir culto a Dios.
Por lo mismo pienso que para contrarrestar esta limitación del mediático siglo urbano, esta metodología online ayudaría mucho a fructificar y consolidar la fe de los creyentes.
Con ese propósito, entre otros, le invitamos acceder a estos cursos, instándoles desde ya a escudriñar y completar cada página orando para que el Señor le revele áreas nuevas del camino cristiano y prospere su discipulado bendiciendo su vida en todas las áreas.